Una entrada reflexionando sobre el perdón de mi viejo amigo CrisC, (ver http://criscractal.wordpress.com/2013/09/27/sin-perdon/), ha servido como “detonante”
de la presente entrada.
La experiencia histórica demuestra, que los paradigmas y
teorías que actúan en diferentes
épocas, tienen una vigencia temporal
limitada (más o menos larga), aunque,
cuando están vigentes parecen inamovibles y completamente certeras en
sus bases. Como si fuese algo “solido” y no simples pensamientos, siguen
la “Ley de la inercia” de nuestro mundo
material. Es decir, presentan una oposición al cambio (aunque siempre terminan sucumbiendo a lo
nuevo).
Lo habitual, es que
los paradigmas y teorías cambien cuando
dejan de funcionar y ya no explican todo
fenómeno observable, o mejor dicho, cuando las explicaciones que antes nos
conformaban, ahora se quedan cortas e incluso producen “paradojas” que contradicen la razón, algo
similar a lo que demuestra “Godel” para la aritmética (ver http://jugandoabuscarlaverdad.blogspot.com.es/2012/05/los-limites-de-la-razon-y-ii.html).
Cuando el “paradigma” vigente para una mayoría (cada vez
menor) sigue siendo el “mecanicismo Newtoniano”, hay muchas cosas, que escapan
a la comprensión y crean paradojas. Lo que no tienen sentido desde un punto de
vista “materialista”, pueden encajar completamente si ampliamos o cambiamos el
paradigma.
Si abandonamos del
viejo paradigma mecanicista de: “somos materia y la conciencia es fruto de la complicación
mecánica de la misma, por lo tanto, desgranando la materia conoceremos TODO
(que no es el caso)”, y pasamos a un
paradigma energía + información de: “es
la conciencia (energía +
información) que organiza la materia
para seguir aumentando la información”, podríamos
quizás entenderse muchas de las cosas, que con el viejo paradigma nos atrapan
en paradojas sin solución.
El perdón es una de
ellas. Este no tiene sentido desde un
punto de vista mecanicista y competitivo cuya única solución lógica es “luchar, ganar y
sobrevivir por lo Mio”, pero ¿Qué pasaría si existiera la reencarnación, como reorganización
de la materia en un “campo vital-de información (conciencia)”? ¿Qué pasaría si
en ese tránsito que llamamos muerte, experimentáramos directamente en nosotros
el dolor causado en los demás?, ¿qué pasaría si esa información quedara en el
“campo nuestro” como impulso inconsciente, es decir, fuente de conocimiento inconsciente en otra existencia? Las respuestas individuales al respecto,
dependerían exclusivamente de las
experiencias “vividas” y las “lecciones” aprendidas.
Esa inercia al cambio de paradigma, creo que es debida, a que
cuestionarnos creencias profundas, requieren mucho coraje.
Porque esto lleva asociado la carga de aceptar que hemos podido estar
equivocados toda nuestra vida, y eso crea la misma sensación anímica de “se
hunde la tierra bajo nuestros pies”
Imágenes tal y como aparecen en internet